El viernes pasado pude ver las nuevas cajas que Tesco está probando en varias tiendas de Londres, y me parecieron tremendamente atractivas.
Las cajas en sí, son muy parecidas a unas que ya utiliza Waitrose: mucho más estrechas que las normales, sólo se puede pagar con tarjeta de crédito, no ofrecen cashback; pero lo que me parece novedoso (por lo que he visto en el gran consumo de este país) es la disposición. Están puestas en bancadas, ancladas a un mueble que las une a todas, y recuerdan un poco a las oficinas antiguas, que tenían una fila interminable de ventanillas.
La sensación que transmiten es que son para escanear y pagar muy deprisa, que es en el fondo lo que quieren la mayoría de clientes que pasan por las tiendas convenience de Londres. Aunque creo que tienen que mejorar un poco para parecer más atractivas, por ejemplo la disposición de las bolsas ofrecidas a los cliente afea el conjunto.
El sábado The Grocer se hacía eco de estas cajas, y publicaba unos datos interesantísimos de lo que han supuesto para las tiendas en apenas unos días desde que las instalaron: se han recortado los tiempos de cola en un 25%, y la operación del cliente también es 15 segundos más corta. El 80% de los clientes que pasan por esas tiendas ya pagan en las cajas de autocobro, por lo que el beneficio es muy grande.
El problema de la “pérdida desconocida” se acentúa con este tipo de cajas, en UK el 20% de los clientes declaran no pagar todo lo que compran cuando utilizan estas cajas, pero también mejora la experiencia de compra, y la capacidad de Tesco para responder a los clientes que quieren prácticamente entrar y salir al mismo tiempo de la tienda.
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