Estamos pendientes de la publicación de los resultados de Tesco el próximo jueves. Mientras tanto la especulación se centra en adivinar la cifra de pérdida de ventas, tanto en totales como en comparables.
Fuente Tesco
La crítica se personaliza sobretodo alreadedor del CEO del grupo, Philip Clarke. La gestión de la etapa post Terry Lehay empezó con mal pie, la crisis y el desarrollo de los low cost le pusieron las cosas complicadas en el mercado británico, su principal fuente de ingresos y beneficios. Y después, cambios legislativos, el reconocimiento del problema norteamericano, y la coyuntura, han supuesto también malos números en las operaciones fuera del Reino Unido.
Llevamos ya un año y medio desde que se anunció el plan de renovación total en Tesco: más personal en tienda, más formación, renovación de la MDD, y tiendas más agradables. Ya se lleva renovada una parte significativa del parque, y la inversión también ha sido ya considerable, sin embargo no se aprecian signos de recuperación. Las nuevas iniciativas (la revisión de la MDD, el convertir en destino los hipermercados, etc) son bien acogidas, pero cuando se les exige resultados, las iniciativas están tardando en ofrecer algo más positivo que buenas RRPP.
Hoy ha aparecido el niño que grita que el emperador está desnudo, y lo recoge el Telegraph: en una nota de HSBC a sus clientes, aconsejan vender acciones del retailer, y además, piensan que Tesco debe modificar su política comercial si quiere dar la vuelta a la situación. La recomendación es clara: iniciar una guerra de precios. Los márgenes que tiene Tesco son superiores al 5%, y creen que deberían dejarlos en un 2 o 3%. De esta forma, si los competidores no reaccionan ganar una cuota de mercado significativa, gracias a la sensibilidad que tienen los consumidores al precio, o dejar maltrechos a los competidores, y obligarles a invertir en precio desviando recursos destinados a otras mejoras.
Veremos que anuncian el jueves, pero si se desata la guerra de precios en Navidad, puede ser la puntilla para algunas de las cadenas que como Tesco, llevan años arrastrando más problemas que ilusiones.
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