Una de las tendencias del momento en alimentación son los alimentos que contribuyen a la llamada “salud mental”: relajarse, dormir, estar contentos, estar concentrados en algo… Es un nicho de la gran tendencia de consumir alimentos saludables. Dos terceras partes de los británicos creen que lo que comen tiene una relación directa con su estado de ánimo, según Mintel, y cada vez vemos más alimentos en las tiendas que tratan de dar respuesta a estas necesidades.
Pero hay otra salud mental, más importante si cabe, su acepción tradicional, el bienestar emocional y psicológico de las personas, y las marcas están también tratando de contribuir a darle importancia y que los consumidores lo tengan presente. Además, la crisis del coronavirus ha multiplicado el riesgo de sufrir desequilibrios.
A los nuevos factores como los peligros de la infección, la incertidumbre sobre el trabajo, el confinamiento, la vida moderna y urbana y el estilo de vida tan frenético que llevamos también pueden contribuir a deteriorar la salud mental de las personas.
Desde hace un tiempo algunas marcas nos invitan a parar, tomarnos un tiempo para nosotros mismos, dejar de pensar y hacer cosas para reparar nuestro espíritu, hacer cosas “lentas”. Algunas han hecho de esto su elemento diferencial, como los chocolates de la marca Ombar, pero me gusta lo que hacen otras marcas que han sido capaces de integrar su producto, su momento de consumo, o algún otro elemento con el compartir con otras personas, el charlar con ellas, el no estar solo, y sin tener que modificar sus productos.
Las Marcas de Té Tetley (ya hace unos años) y PG Tips (la última este mes de enero, regalando productos) han lanzado campañas donde el eje es tomarse una taza de té con un amigo con el que hace tiempo no hablas o no ves
McVities, la empresa de galletas, colabora con la fundación Mind regalando cajas de producto a las personas que prometan llevárselas a un amigo o familiar. El objetivo es promover una pausa en nuestras vidas, mantener una buena conversación con nuestras amistades, y reconectar con ellos.
En el verano del 2018 las cafeterías Costa dispusieron las mesas “de cotllleo”, reservadas para personas que quisieran hablar con desconocidos, tomándose un café juntas. Era una forma de identificar personas que se sienten solas, y les gustaría conversar un rato con alguien, aunque sea desconocido.
Y hace un par de días, ví este cartel en un supermercado Sainsbury’s, también promovido por la fundación Mind. En ella nos invitan a comprar una botella de leche a un vecino, y llevársela de regalo y charlar un rato con ellos, para tratar de mitigar un poco el aislamiento en el que se vive en algunos vecindarios, donde es fácil que los vecinos no se conozcan.
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