La segunda cadena del país, Sainsbury’s, tuvo un buen paso de la crisis gracias a sus iniciativas en convenience y en non food, que le permitieron seguir creciendo mientras Morrisons, Tesco, y en menor medida Asda, sufrían. Pero la guerra de precios le perjudicó, y seguramente un poco también algunas de sus reacciones (como su brusca eliminación de las promociones de multicompra). Pasaron por un periodo de pérdidas de ventas, que aunque pueda parecer que haya acabado, el crecimiento se debe a la inflación y a la compra de Argos, más que a otras iniciativas que hayan llevado a cabo. Sainsbury’s sigue por detrás de los recuperados Tesco y Morrisons, todavía instalado en las ventas comparables negativas.
Uno de sus problemas principales parece ser la fuga de clientes hacia los competidores y los discounters. Por eso, en un reciente congreso para proveedores, anunciaron algunas medidas que pensaban tomar para intentar reconducir la situación. Entre las habituales medidas de ser más eficiente, mejoras en su MDD etc, destaca la que se refiere al surtido. La MDD crece un 2% mientras que el resto del surtido no, y la dirección de Sainsbury’s se plantea la aportación de cada una de las marcas y sus productos a la cadena, y crucialmente, en qué les ayudan a diferenciar la oferta de la competencia.
Indicaron que harán una revisión de surtido para reducirlo de forma significativa, como la que han hecho sus competidores (la más severa la de Tesco, que eliminó en un proceso de año y medio el 18% del surtido). La lógica dice que eliminando alternativas, las referencias más vendidas tendrán más espacio y menos competencia por cubrir una necesidad de los clientes, y se venderán más. Este mayor volumen esperan que se vea traducido en un precio unitario más bajo, y calculan que de media se alcance una reducción media del 20% en los precios.
Curiosamente, hace un par de años, al poco de ser nombrado Mike Coupe CEO de la cadena hablaba de los rumores de Tesco y su proyecto de reducción de surtido. Él estaba en contra de la reducción de surtido, decía que estos productos que parece que se venden poco les permite diferenciarse de la competencia y atraer consumidores que luego harán la compra completa.
Anunciaron también algunos de los criterios que iban a seguir para clasificar los productos que venden, y analizar su aportación al negocio y su relación con los clientes de Sainsbury’s. Los productos se van a dividir en cinco categorías:
Commodity, disponibles en todos los supermercados, y al mismo precio.
Equity, productos que no tienen los discounters y que aportan valor al negocio.
Exclusive, productos lanzados primero en Sainsbury’s.
Owned, productos que han diseñado conjuntamente Sainsbury’s y el fabricante.
y finalmente, la MDD.
Los productos Owned recuerdan un poco a a las marcas fantasía de Tesco de hace unos años, y los Exclusive se dan con cierta frecuencia, sobre todo en Tesco y Asda, para categorías con mucha rotación.
Los fabricantes están preocupados, sobre todo las grandes marcas. Pero también esto abre las puertas a trabajar más de la mano de Sainsbury’s para desarrollar productos más adaptados a sus clientes, y que a la cadena le permitan mantener un punto diferencial con sus competidores. Son un negocio de más de £20.000 millones al año, muy a tener en cuenta.
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