La última edición del año de la revista The Grocer incorpora un informe de Nielsen sobre cómo han ido las ventas en las distintas categorías de productos, en el gran consumo británico (sin incluir datos de los discounters, Aldi y Lidl).
Uno de los datos que más impresionan es el de los productos frescos. Sin duda son una categoría muy importante en todas las cadenas: suponen la compra más frecuente en las tiendas, permiten a las cadenas conferirles un carácter y atributos que les ayuda a diferenciarse de la competencia, y además los discounters han desarrollado estas secciones estos dos últimos años para lograr que sus clientes gasten más en sus tiendas. De hecho, la mitad del crecimiento de ventas de Aldi y Lidl viene de estas categorías, que cada vez las trabajan mejor.
Por ello han sido un instrumento clave de la guerra de precios que inició Morrisons en Abril del 2014 para evitar seguir perdiendo clientes que se iban al discount.
Así, según los datos de Nielsen, las verduras han pedido en el último año £318 millones (6.4% menos), la carne roja £235 millones (un 3.5% menos), el pollo £103 millones (3.9% menos) y la leche £165 millones (un 5.8% menos, la categoría con un mayor impacto porque las rebajas ya vienen de años anteriores).
El efecto de esta guerra de precios es tremendo: además de la pérdida de valor, es de productos que se venden a pérdida o con márgenes mínimos, revisiones de las estrategias promocionales para pasar de descuentos por multicompra a los SPB, y también merma en la rentabilidad del canal convenience, donde los frescos han ido ganando en importancia y peso en la cesta de la compra a medida que el canal ha ido madurando.
Este episodio no acaba aquí, ya que varios de los CEOs del gran consumo coinciden en que la guerra va a durar hasta al menos bien entrado el 2016, porque planean seguir reduciendo precios hasta lograr reducir el margen de precios que tienen con los discounters, y así lograr que los compradores británicos vuelvan a sus supermercados.
Comments