Lineal de leche fresca en Lidl.
De la misma forma que cada español tenemos pensada una selección de fútbol ideal y distinta a la de los demás, los analistas del mercado tenían pensados muchos escenarios por donde iba a empezar la subida de precios: que si tal cadena tiene una deuda muy grande y tiene que proteger la cuenta de resultados, que si la otra ha invertido todo el margen que tenía en la guerra de precios y no le queda margen de maniobra, o de la otra que tiene poco poder de compra y los fabricantes le impondrán condiciones… pongan aquí las que quieran, a mi no se me ha ocurrido ninguna relacionada con Donald Trump pero seguro que lo habrá!
Al final, son los discounters los que rompen la tendencia bajista de los últimos dos años. ¿Quién iba a decir que los todo poderosos discounters iban a mostrar esta debilidad? Sus crecimientos no son tan impresionantes como hace unos pocos años, pero siguen siendo una pesadilla para los demás.
Mientras en las otras cadenas hemos visto que el control de la inflación se hacía por dar más presencia a su MDD, tímidos aumentos de precio en referencias no básicas, y en fabricantes reducción de formatos manteniendo el PVP, Aldi y Lidl han decidido que una de sus medidas sea subir el precio de los plátanos y la leche. Las dos referencias más vendidas en el Reino Unido, para las que ya eran los más baratos, y seguramente, tenían el margen ajustadísimo.
Las cuatro pintas de leche suben a 99p (desde 95p, o sea, un 4% de incremento). El resto de cadenas la venden a £1 (salvo Asda, que tiene el mismo precio que los discounters ahora), por lo que siguen estando en el rango de precios bajo, aunque menos que antes.
Los plátanos también suben, a 72p por kilogramo, poniéndose a la par que el resto de cadenas. Aquí la comparación es algo más difícil, porque en algunas cadenas se venden por peso, otras por unidades, y también varía para los que están embolsados.
Los plátanos se pagan en dólares, por lo que el precio que pagan las empresas británicas ha subido por la mera devaluación de la libra. El precio de la leche global también ha subido recientemente, y las envasadoras han tenido que ajustar sus precios en origen. El problema es que son productos muy básicos, que compra cada hogar, y que frecuentemente los consumidores usan como parte de sus referencias para evaluar lo caro o barato que es un supermercado.
Y en todo caso, significa cierta debilidad de los discounters. Para ellos una subida de precios en unos productos tan básicos es algo importantísimo, que va en contra de todos los mensajes que han ido lanzando hasta ahora. Seguramente tendrán ya pensado como contrarestrar los posibles efectos negativos en la percepción de los clientes, pero también está por ver la reacción de los competidores: si uno de ellos consigue poner un producto más barato que los discounters, se marcará un buen tanto.
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