Andan revueltos los ánimos en Reino Unido respecto al tema de los precios de los alimentos en los supermercados. Este miércoles 15.01 un diputado laborista reclamaba que los supermercados publicaran toda la información sobre su formación de precios para evitar que le tomaran el pelo al consumidor. El objetivo de esta publicación sería que se desarrollaran aplicaciones informáticas que permitieran a los consumidores comparar precios en tiempo real.
Fuente: The Guardian
Ya el pasado mes de Noviembre, la Oficina para el comercio justo levantaba cierta polvareda con su comentario de que los supermercados inflaban los precios de los productos justo antes de ponerlos en oferta, para hacer que éstas parecieran más apetecibles. A raíz de esto, ocho de los grandes del retail adoptaron una serie de principios redactados por esa oficina.
El trabajo de la web de información sobre el retail mySupermarket ha detectado que lo que parece una oferta, no siempre lo es. Y algunos medios, entre ellos la BBC, se dedican ha colgar algunas fotos bastante interesantes sobre errores en las etiquetas en tienda.
Fuente: bbc.co.uk
Una de las preocupaciones del diputado que citábamos al principio es la diferencia de precios entre las distintas variedades de un supermercado (conveniencia, maxi-store, online, etc.) y las distintas localidades. En principio, ninguna de las actuales webs de precios llega a este detalle, y es lo que el diputado querría para sus electores de Southampton, (en el Reino Unido los diputados están adscritos a un territorio, y tienen que defender los intereses de su partido pero también el de sus ciudadanos de su distrito electoral).
A todo esto, la patronal del retail responde que (1), es normal que haya diferencia de precios entre distintos formatos de tienda, puesto que los costes de mantenimiento no son los mismos. (2) poner en linea ese listado exhaustivo de precios sería caro y trabajoso (3) podría ser contraproducente para los pequeños supermercados de barrio que no estarían en estas listas y los consumidores los tendrían aún menos en cuenta.
En el informe de la Oficina de Comercio Justo británica antes citado, se ponen diversos ejemplos de prácticas poco recomendables: – para poder anunciar una oferta, inflar los precios en tiendas con poco volumen de ventas y después extienden la “oferta” a todas las tiendas de la enseña. – inflar los precios mientras el producto está fuera de su temporada de alta demanda y, cuando llega el momento de las ventas, se anuncia con una promoción desmedida. – vender un producto a 10£ un mes y luego venderlo a 5£ anunciando “mitad de precio” más de un mes. Incluso con producto comprado posteriormente y dirigido a ser vendido bajo esa promoción. – referir la oferta a precios de hace muchos meses. – tener distintos precios en distintos formatos de tienda y, a la hora de hacer la oferta, referirse al precio máximo del producto, incluso si en muchas tiendas jamás se ha vendido a esos precios. – referir la oferta a máximos históricos de un producto. – cuando el tamaño o volumen de un pack se reduce, referir la oferta al precio del pack de mayor tamaño. – usar el reclamo, compre uno y llévese uno gratis, cuando es posible comprar más barato simplemente comprando packs con más unidades.
Seguiremos identificando estas prácticas en nuestros Retail Tours y las colgaremos, como siempre, en twiter @GMetCo junto con otras curiosidades del gran consumo en Reino Unido.
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