Hace unos días los medios trataban la noticia de la nueva financiación que recibía la empresa turca de Q-Commerce para abordar el mercado estadounidense.
En los últimos cuatro meses ha recibido más de 1.000 millones de $ y desde enero ha puesto en marcha su expansión internacional, entrando en varios mercados europeos.
La valoración actual, 7.500 millones de $, supera la de empresas como Morrisons, Marks & Spencer y Deliveroo juntas, con unas ventas muy superiores a las de la turca. Me recuerda a las noticias sobre Ocado y su valoración de no hace mucho: vendiendo un 4% que lo que vendían Sainsbury’s, Morrisons y Marks & Spencer, su valor bursátil estaba por encima que las tres empresas juntas.
Desde que llegó Amazon Fresh a UK en 2016 las grandes cadenas empezaron a desarrollar también propuestas en el rango de las entregas en menos de 1 o 2 horas. Pero desde que vivimos bajo confinamientos y medidas de distancia social, es el Q-Commerce, con entregas en 10 minutos, el segmento del gran consumo más dinámico a juzgar por el número de empresas que están empezando, con las naturales dudas sobre la rentabilidad de las empresas y el tamaño del mercado que pueden alcanzar.
Respecto a esto último, el mercado, las empresas que operan en UK acaban de recibir un espaldarazo: el gobierno británico se plantea seriamente mantener el consejo a los ciudadanos de trabajar desde casa si les es posible. Con menos motivos para salir de casa, a un buen número de consumidores les parezca más atractivo seguir pidiendo comida y lo que les falte de las neveras, a estas empresas del Q-Commerce que salir a la calle y comprar por ellos mismos.
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