Cuando hace casi 10 meses los CEOs de Asda y Sainsbury’s anunciaban el plan de fusionarse en una sola empresa de gran distribución, el shock en el mercado y el mundo de los negocios británicos fue importante.
La lógica del acuerdo era que para competir con los discounters alemanes que no paraban de crecer, y con un Tesco al que le acababan de aprovar la compra de Booker (un distribuidor de foodservice que añadía £5.000 millones a su negocio de ya más de £40.000 millones) tenían que ser más grandes. De esta forma poder adoptar mejores economías de escala en las compras y en las operaciones, y ofrecer mejores precios a los consumidores británicos. Sainsbury’s pagaba a Walmart £7.000 millones y un 40% de la nueva empresa Asda-Sainsbury’s.
Pues parece que ese sueño no va a llegar a buen puerto. La Autoridad de la Competencia y Mercados (CMA), encargados de analizar si la fusión iba a tener un impacto importante en el mercado del gran consumo y en la vida de los consumidores, acaba de publicar un documento sobre como ven la fusión, y las conclusiones son bastante negativas.
En la documentación que Asda y Sainsbury’s enviaron a la CMA había un elemento clave: considerar a los discounters como competidores (algo que la CMA no ha considerado en otros casos de fusiones o compras de cadenas). De esta forma, al analizar la competencia entre supermercados en las distintas zonas del país, los discounters contarían, y se atenuaría el resultado de la fusión.
Pues bien, las dos cadenas han conseguido esto, pero a pesar de lograrlo, las conclusiones sobre los efectos de la fusión son muy negativas para llevar a cabo este proyecto. La CMA concluye que Asda y Sainsbury’s tendrían una posición dominante en 629 zonas del país, y tendrían que vender tiendas en estas zonas, o incluso vender una de las dos enseñas, y además no se cree que en el nuevo marco del gran consumo, la nueva empresa tenga los suficientes incentivos para rebajar los precios.
Todo es cuestionable (particularmente, lo de los precios, visto el entorno en el que estamos, casi todos muertos y vuelve de forma discreta la guerra de precios), y las dos cadenas tienen ahora la oportunidad de defenderse y rebatir las conclusiones de la CMA, pero el sentir general es que parece un caso perdido.
El problema de tener que vender tiendas es doble: por un lado, el número que quede tiene que seguir teniendo el volumen suficiente para lograr los beneficios que los dos CEOs habían anticipado, pero es que además tienes que encontrar un comprador para las tiendas, y en la actualidad, los que más se expanden son Aldi y Lidl! Aunque Iceland también haya manifestado interés en las tiendas que se tengan que vender, su volumen de negocio no le permite acceder a tantas y lo haría a un número limitado de las mismas.
Si finalmente no se lleva a cabo la fusión, Walmart puede seguir como está en Asda, a fin de cuentas es una empresa que gana dinero, o buscar otro comprador (incluso una salida a bolsa). Pero perdería el negocio en otro país, y además, perdería una cantera de ejecutivos que se crían en Leeds y van a Bentonville.
Es Sainsbury’s quien se queda en una posición peor… No logran crecer en ventas, volverán los rumores de compra, pero por lo menos el foco estará en recuperar el negocio, que se ha deteriorado estos últimos diez meses. Sainsbury’s ha sido durante muchos años el líder en innovación en el Reino Unido, y líder en desarrollar áreas como el bienestar animal, sostenibilidad, comercio justo etc que ahora tenemos asumidas, y esperamos que pueda aportar todavía mucho más al mundo del gran consumo.
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