Cuando les censuraron el anuncio navideño del orangután y el aceite de palma, los responsables de Iceland ya se dieron cuenta del favor que les habían hecho. El tema en sí ya tenía bastante sustancia y era un anuncio tan diferente a los demás que seguro hubiera sido el más comentario de este año, pero el censurarlo lo ha elevado a la tan preciada “viralidad” y a logrado un alcance posiblemente posiblemente imposible de pagar.
Iceland ya se imaginaba que la campaña iba a tener impacto, y tenía preparadas una serie de acciones para aprovechar el tirón del anuncio.
Kantar acaba de publicar datos del mercado, y presta más atención que la habitual a Iceland. Es interesante ver como esta campaña ha conseguido llamar la atención de la clase media, según sus datos del panel de hogares y del análisis de los sentimientos en redes sociales, consiguiendo atraer a una mayor proporción de ellos a las tiendas. Es un proceso paulatino, que seguramente habrá ido creciendo a lo largo de los últimos años a consecuencia del mayor foco en calidad y la mejora en frescos que ha puesto en práctica la cadena. Por ejemplo, su lema de Power of Frozen es muy bueno, vendiendo muy bien los puntos fuertes del congelado frente a los frescos, en calidad, evitar el desperdicio etc. En los últimos cinco años el % de hogares de clase media que compra en Iceland ha crecido, y ahora el 37% de las ventas viene de hogares de clase media, que representaba menos de un 33% hace cinco años. Y en el último trimestre las ventas han dado un acelerón, creciendo un 5%. Si nos fíamos de twitter, hay un buen número de declaraciones de clientes que dicen haber entrado en un Iceland a comprar gracias al compromiso contra el aceite de palma, y que decicen volver por la calidad de los productos. Un buen triunfo!
Clientes que dicen ir a Iceland tras haber visto el anuncio navideño.
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