Se esperan con expectación las convocatorias de los principales retailers la semana que viene para dar a conocer a inversores y medios de comunicación sus resultados navideños. En muchos casos, un mal resultado marca el devenir del retailer a lo largo del año. Significa que no ha sabido mantenerse en sintonía con sus clientes y ha perdido mercado frente a sus competidores, y se pasará el año ideando e implantando iniciativas que le permitan reaccionar ante esta contingencia.
Algunos organismos como las empresas de tarjetas de crédito y el Centre for Retail Research han adelantado ya la interpretación de algunos de los datos que se han podido observar hasta el 26 de diciembre, día en el que oficialmente empiezan las rebajas.
El gasto en Navidad ha crecido respecto al del año anterior, pero lamentablemente, se compara con un año que no fue excesivamente bueno, y el crecimiento no superará el de la inflación, por lo que en neto se quedará próximo al cero.
Se tenían puestas muchas expectativas en esta campaña, la que venía a culminar el año de las Olimpiadas y el Jubileo, y el año en el que se salía de la segunda recesión económica. Sin embargo, las malas perspectivas para el 2013 – un año en el que según la agencia de consumidores Which? más del 50% de hogares esperan tener menos recursos económicos disponibles – unido a que los retailers iniciaron mucho antes los descuentos, y el continuo crecimiento del mercado online (donde muchos de los productos que se compran están a menor precio que en los negocios de la calle) ha supuesto que el gasto no fuera tanto como el esperado.
Se espera que los retailers con una mayor proporción de tiendas a pie de calle sufran los peores resultados, por lo mucho que se ha ido desplazando el consumo hacia el canal online, y por culpa del mal tiempo, que condujo a los consumidores hacia los centros comerciales.
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