Sin duda la crisis del Covid ha acelerado multitud de tendencias, pero también ha destacado todavía más la distancia que hay entre los segmentos más afluentes y los menos de la sociedad.
La caridad y el trabajo de los bancos de alimentos dejaron de ser algo oculto hace ya bastante tiempo en el Reino Unido, cuando las medidas de austeridad del gobierno y los recortes en las ayudas sociales dejaron agujeros en la atención que los desfavorecidos recibían, y que la sociedad civil trató de cubrir en algunos casos. Ahora existe un complejo entramado de empresas que recogen alimentos donados o que no se van a vender, bancos de alimentos que los redistribuyen, cocinas que los preparan para atender a aquellos que no tienen medios, e incluso tiendas especiales que los regalan a los desfavorecidos. La realidad es que, según el instituto experto en cuestiones de pobreza Social Metrics Commission, en el Reino Unido viven 14 millones de personas pobres.
El gran consumo aporta un buen número de esfuerzos para atajar este problema, desde donar alimentos directamente, dinamizar y canalizar las donaciones de los consumidores, y concienciar a la sociedad de este problema. Un ejemplo de esto último es la reciente campaña de Mars con dos de sus marcas, Uncle Ben’s y Dolmio.
Los supermercados también tienen muchas iniciativas en este sentido. Algunas ya se las he contado, y paso a relatarles tres de las más recientes:
Sainsbury ‘s acaba de implantar las donaciones electrónicas. Esto es, los clientes que estén haciendo la compra online pueden añadir la cantidad de dinero que quieren que irá destinada a la fundación FareShare (Sainsbury ‘s fue uno de sus fundadores en 1994), que comprará comida y la distribuirá entre los bancos de alimentos con los que trabaja. Las Navidades pasadas, por ejemplo, la actividad de Sainsbury ‘s fue intensa para lograr recabar más donaciones.
Morrisons ha plantado en las entradas de sus tiendas unas bolsas blancas con un precio: están llenas de productos que se demandan en los bancos de alimentos con los que colabora (conservas, mermeladas, cereales de desayuno, etc). Con esto facilitan que el consumidor compre los productos adecuados para ser donados de una forma muy conveniente, sin tener que buscar en las estanterías de la tienda, ni preguntarse si algo es o no adecuado. Solamente tienes que decidir qué dinero quieres gastarte en la donación, puesto que hay bolsas de £1 hasta £5.
Y finalmente Asda, quizá para estimular la competitividad a la hora de hacer donaciones, y para dar las gracias a sus clientes, ha plantado en sus tiendas carteles que indican la cantidad de carros de comida que llevan donados en lo que se lleva de mes.
Iniciativas que suman, y que ayudan a que los consumidores que puedan aporten su granito de arena para tratar de aliviar el problema.
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