Como hemos venido comentando, Tesco quiere resolver su problema reputacional demostrando a los consumidores lo mucho que se preocupa por ellos, traduciendo sus objetivos empresariales (vender más) a acciones que cumplen más o menos con un bien social.
Dentro de esta estrategia desarrollaron el programa “The Eat Happy Project” cuya primera acción fue la de las actividades para escolares en el punto de venta y en instalaciones de proveedores de Tesco, para que los niños ganaran nociones sobre el origen de los alimentos y los procesos que sufren desde que crían o crecen en el campo, hasta que llegan a la tienda.
Fuente Tesco
Ahora lanzan otra iniciativa, muy en esta línea. Durante el mes de agosto van a ofrecer en 50 de sus tiendas cursos de cocina diseñados para niños. El objetivo principal es dar herramientas a los niños para poder preparar varios platos saludables, fáciles, y nutricionalmente equilibrados, etc. Pero también, al realizarse en el mes de vacaciones, forman parte de la oferta que hay en este país en verano para entretener a los niños durante las vacaciones (se realizan un montón de talleres en museos, jornadas en centros públicos, etc, donde los niños pasan el día o un rato aprendiendo y divirtiéndose). Por ello, a los padres les parecerá doblemente atractivo, y seguro que Tesco espera que alguno de ellos aproveche para hacer la compra semanal en el hipermercado mientras el crío está entretenido.
Para ello también cuentan con la colaboración del Children’s Food Trust, una organización que se dedica a difundir y formar a niños en buenos hábitos alimentarios, y que ya ha realizado acciones similares (a menor escala claro) con otros negocios, como la cadena de restaurantes Pizza Express, etc.
Otra iniciativa de Tesco para cambiar su denostada imagen, para intentar atraer a gente a las tiendas, pero que por lo que parecen opinar los consejeros de Tesco, no deben aportar mucho – o al menos a la velocidad que esperan – y que le costó el cargo al anterior CEO.
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